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El error garrafal de un aspirante a Wall Street

La impaciencia por entrar en el mercado laboral estadounidense le ha jugado una mala pasada a un estudiante de económicas de la Universidad de Pennsylvania State, una de las más prestigiosas de Estados Unidos.

Dispuesto a que su currículum llegase a todos y cada uno de los rincones de Wall Street, el pasado 27 de septiembre redactó un email exponiendo sus cualidades y su deseo de trabajar como analista financiero. La tecnología y un despiste le jugaron una mala pasada.

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Al entusiasta aspirante se le olvidó poner a todos los destinatarios del correo electrónico con copia oculta y el resultado fue nefasto: decenas de empresas, entidades financieras y bancos de inversión recibieron el mismo correo electrónico junto al listado de direcciones electrónicas al que había sido enviado.

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El error se convirtió en motivo de sorna entre los analistas financieros de Wall Street que, con una falta de sensibilidad manifiesta, se apresuraron a 'colgarlo' en distintas redes sociales junto a comentarios como "este tío tiene muchas agallas, o muy poco cerebro".

El revuelo obligó a una nueva intervención del aspirante a tiburón de Wall Street, cuya identidad solo la conocen los destinatarios a los que les hizo llegar su currículum. El joven, que según el mismo explica se graduará el verano que viene, decidió pedir disculpas, pero volvió a meter la pata.

Víctima del mismo error
En un arrebato de honestidad, el 29 de septiembre pasado escribió un sentido correo electrónico en el que decía sentirse "avergonzado" por el email masivo en el que solicitaba empleo. En la nota de disculpa, aseguraba que aquel error demostraba una "evidente falta de profesionalidad" y pedía perdón por "haber faltado al respeto a su compañía".

Con un tono sentido, el escaldado estudiante de económicas aseguraba: "Aunque no merezco ni siquiera una respuesta, espero que podamos olvidarnos de este desagradable incidente y desarrollar una relación cordial".

Sin embargo, el mensaje se volvió de nuevo en su contra: el estudiante envió lo envió a los mismos destinatarios que en la primera ocasión y sus palabras volvieron a convertirse en motivo de sorna entre los ejecutivos de Wall Street que, con una actitud fanfarrona, no le auguran un futuro demasiado brillante en el mundo de las finanzas.